Un bonsái es un árbol muy pequeño casi en miniatura, casi cualquier especie de árbol se puede convertir en un bonsái: La palabra Bon-sai es de origen japonés que traduce como “plantado en una maceta”.
El arte de cultivar bonsái surgió en la cultura japonesa, desarrollada por los budistas Zen en base a una ancestral practica china, era disfrutado por los aristócratas y gente muy rica a principios del siglo XIV, hoy en día su cultivo está extendido por todo el mundo.
Para cultivar un bonsái hay que detener o truncar el crecimiento normal de la planta, se poda, se trasplanta regularmente, se le cortan las raíces y se pinza todo para lograr, no solo su pequeño tamaño, si no también que se parezca a su versión original de tamaño normal.
Al principio tener un bonsái puede ser algo intimidante, pero con unos cuidados básicos se puede convertir en algo muy placentero tener un pedacito de bosque en el interior de nuestro hogar o en nuestro jardín, y lo mejor: ¡en miniatura!
Estas son algunas de las recomendaciones básicas para el cuidado de un bonsái:
Posicionar el bonsái
Para decidir dónde colocar el bonsái primero debemos saber qué tipo de árbol tenemos, si se da bien en el interior o en el exterior y lo que haría falta para su normal desarrollo.
Los arboles más comunes cultivados como bonsái son: el enebro, el abeto y el pino. Estas plantas deben estar expuestos a las estaciones, también se pueden cultivar las que cambian de hojas como el olmo y arce, por lo que sería conveniente tenerlos al aire libre.
Para tener en el interior del hogar son recomendables las especies subtropicales, que no requieren de los cambios estacionales para su normal desarrollo como el ficus y el árbol de jade.
Luego de saber esto los cuidados restantes son iguales para todas las especies:
Mantenerlos alejados del calor directo o corrientes de aire.
Ubicarlos en un área con abundante luz solar.
En resumen el lugar ideal para ubicar los bonsái, si son estacionales, es en terrazas, balcones o jardines, protegidos un poco del sol directo y de las temperaturas extremas y si son tropicales protegidos de los cambios estacionales.
Riego del bonsái
Los arboles de bonsái generalmente mueren por un riego inadecuado, como los están plantados en una maceta pequeña la capa de suelo es muy delgada y está propensa a secarse rápido, por ello se debe estar muy pendiente cuando el suelo exterior se vea seco.
La frecuencia de riego puede variar dependiendo del clima y el tipo de árbol que poseemos, puede ir desde todos los días a hasta solo una vez por semana, el cuidado de los bonsái debe ser algo individual no hay una regla exacta de cuando debemos regarlos.
Es muy importante que nuestro bonsái tenga un buen drenaje, generalmente vienen con una bandeja que recoge el exceso de agua. El exceso de liquido es perjudicial para él ya que se puede enfermar por la sobre alimentación.
Si humedecemos en exceso el suelo donde esta plantado el bonsái, sus hojas se pueden volver amarillentas y se marchitan las ramas más pequeñas.
Para regar es preferible el agua no clorada, como la de lluvia o la embotellada de manantial, el agua de grifo es idónea si se deja reposar al menos 24 horas antes del riego.
Existen comúnmente dos métodos, el riego con regadera de orificios pequeños para no erosionar el sustrato del suelo y simular la caída del agua de lluvia, y el riego por inmersión que se recomienda cuando la planta no ha sido regada recientemente y la tierra está muy seca; para ello introducimos la planta completa en un recipiente más grande hasta que el agua no cubra mas allá de la superficie de la tierra, dejar allí por unos minutos o hasta que no se produzcan burbujas de aire, luego dejamos drenar muy bien.
Podar el bonsái
Podar tu bonsái es fundamental para que se mantengan pequeños, hay dos tipos: poda de mantenimiento y poda estructural.
La poda de mantenimiento fortalece el árbol al fomentar un nuevo crecimiento. Al cortar brotes y hojas jóvenes, se exponen las hojas internas al aire y la luz solar, lo que fortalece aún más el árbol y beneficia su salud en general.
Las áreas que requieren poda de mantenimiento incluyen las ramas, los brotes y las hojas. Esta poda se conoce también con el nombre de pinzado.
Se debe podar el árbol de bonsái cuando vea un nuevo crecimiento que está empezando a cambiar la forma de la planta.
La poda estructural o poda de formación se realiza cortando grandes ramas, esta debe hacerse cuando el árbol está inactivo y por un profesional para que el árbol pueda recuperarse.
Suelo adecuado para su bonsái
A la hora de elegir el sustrato adecuado para el suelo de nuestro bonsái lo más importante es elegir uno que garantice un drenaje adecuado. Los más idóneos contienen roca volcánica o piedras pequeñas.
El suelo debe tener una consistencia ligera que no sea propenso a endurecerse y se mantenga relativamente suelto, que facilite el drenado del agua pero que no se reseque con facilidad y que permita la oxigenación de las raíces.
Fertilizar nuestro bonsái
Hay fertilizantes específicos para bonsái, el más recomendado es el abono orgánico solido para bonsái. La fertilización se debe hacer preferiblemente durante la etapa de crecimiento que ocurre durante la primavera y el otoño.
El tener un bonsái en casa siempre será algo agradable y lleno de buena energía, vemos que con cuidados básicos los podemos mantener en forma y muy sanos.
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